Mensaje medieval contra los judíos en la Catedral de Jaén
VIVIR. Diario Ideal Jaén 5/09/2005 (www.ideal.es)
El friso gótico de la Catedral de Jaén, alegoría de la Inquisición
La Jornada Europea de Cultura Judía se desarrolla en Jaén hasta mañana domingo
ARTÍCULO DE JAVIER MARTÍN./JAÉN
CONFERENCIA. Emilio Luis Lara habló ayer en Casa Almansa. / C. M.
Allá por el 1500 en Jaén no se tenía mucha simpatía por los judíos. Y por los conversos (judíos que abrazaron la fe católica para no tener que huir de España) tampoco. A lo largo de todo el siglo XV se habían ido produciendo en la capital levantamientos de la población contra la población judía y conversa. El peor ocurrió en 1473. Aquel año se asesinó al Condestable de la ciudad (había colocado a numerosos conversos en cargos públicos), se asaltó la judería, se violaron judías y se mataron judíos. Se quemaron casas y se saqueó el barrio judío. Ciertamente, no existía mucha simpatía por los judíos en aquel Jaén medieval.
De hecho, Jaén fue el tercer lugar de España en el que se instauró un Tribunal de la Inquisición. Primero, Sevilla. Luego, Córdoba. En tercer lugar, Jaén, allá por el año 1483. Y Jaén se destacó por ser el Tribunal que más casos de judíos conversos condenó. Además, por aquella época existía toda una literatura culta antisemita que circulaba por el alto y el bajo clero y comenzaba una iconografía encaminada a 'demonizar' al judío. En toda Europa se empezó a pintar al judío con nariz ganchuda, barbilla afilaba y dientes saltones.
Por si eso fuera poco, se comenzó a obligar a los judíos y conversos a llevar prendas especiales que les diferenciaran de la población cristiana. En algunos países, como Alemania, tenían que llevar gorros picudos. Más tarde, estos gorros serían los que la iconografía colocaría a las brujas. En España, los gorros que se les hizo llevar a los conversos era una especia de paño doblado y colocado alrededor de la cabeza. Una especie de 'donuts' de paño llamado 'rodete'. Los judíos de Jaén llevaban rodete por ley.
En ese Jaén de finales del siglo XV, como remate, los obispos estaban muy vinculados a la Inquisición. Es más, uno de ellos fue el sucesor, nada más y nada menos, de Torquemada. No es extraño pensar, pues, que en aquel Jaén, capital del Santo Reino, a los judíos no se les viese con muy buenos ojos.
En piedra
Y para que quedara constancia de que ser judío no estaba bien visto en Jaén, un maestro cantero se encargó de inmortalizarlo en piedra, en uno de los frisos góticos de la Catedral que por aquel entonces se construía a buen ritmo. Porque... ¿qué es la famosa 'mona' de la Catedral? «Yo creo que es un judío», afirmó ayer el historiador Emilio Luis Lara, encargado de abrir las actividades de la Jornada Europea de la Cultura Judía que hasta el domingo se celebra en Jaén. Lara defendió, ante una sala repleta de público en el centro cultural Casa Almansa, una interesante teoría que explica que el friso gótico de la Catedral, el que recorre el testero de la misma, no es otra cosa que una 'demonización' de los judíos y una alegoría de la Inquisición. Según el historiador, el friso se lee de derecha a izquierda y ofrece imágenes del infierno hasta el cielo. Y cobran especial importancia las figuras de judíos. Lo que se quería trasmitir era un mensaje claro:«Los judíos irán al infierno. Y, por suerte, contamos con la Iglesia y la Inquisición, que vigilan la verdadera fe, esa que lleva al Cielo».
El friso gótico de la Catedral de Jaén, alegoría de la Inquisición
La Jornada Europea de Cultura Judía se desarrolla en Jaén hasta mañana domingo
ARTÍCULO DE JAVIER MARTÍN./JAÉN
CONFERENCIA. Emilio Luis Lara habló ayer en Casa Almansa. / C. M.
Allá por el 1500 en Jaén no se tenía mucha simpatía por los judíos. Y por los conversos (judíos que abrazaron la fe católica para no tener que huir de España) tampoco. A lo largo de todo el siglo XV se habían ido produciendo en la capital levantamientos de la población contra la población judía y conversa. El peor ocurrió en 1473. Aquel año se asesinó al Condestable de la ciudad (había colocado a numerosos conversos en cargos públicos), se asaltó la judería, se violaron judías y se mataron judíos. Se quemaron casas y se saqueó el barrio judío. Ciertamente, no existía mucha simpatía por los judíos en aquel Jaén medieval.
De hecho, Jaén fue el tercer lugar de España en el que se instauró un Tribunal de la Inquisición. Primero, Sevilla. Luego, Córdoba. En tercer lugar, Jaén, allá por el año 1483. Y Jaén se destacó por ser el Tribunal que más casos de judíos conversos condenó. Además, por aquella época existía toda una literatura culta antisemita que circulaba por el alto y el bajo clero y comenzaba una iconografía encaminada a 'demonizar' al judío. En toda Europa se empezó a pintar al judío con nariz ganchuda, barbilla afilaba y dientes saltones.
Por si eso fuera poco, se comenzó a obligar a los judíos y conversos a llevar prendas especiales que les diferenciaran de la población cristiana. En algunos países, como Alemania, tenían que llevar gorros picudos. Más tarde, estos gorros serían los que la iconografía colocaría a las brujas. En España, los gorros que se les hizo llevar a los conversos era una especia de paño doblado y colocado alrededor de la cabeza. Una especie de 'donuts' de paño llamado 'rodete'. Los judíos de Jaén llevaban rodete por ley.
En ese Jaén de finales del siglo XV, como remate, los obispos estaban muy vinculados a la Inquisición. Es más, uno de ellos fue el sucesor, nada más y nada menos, de Torquemada. No es extraño pensar, pues, que en aquel Jaén, capital del Santo Reino, a los judíos no se les viese con muy buenos ojos.
En piedra
Y para que quedara constancia de que ser judío no estaba bien visto en Jaén, un maestro cantero se encargó de inmortalizarlo en piedra, en uno de los frisos góticos de la Catedral que por aquel entonces se construía a buen ritmo. Porque... ¿qué es la famosa 'mona' de la Catedral? «Yo creo que es un judío», afirmó ayer el historiador Emilio Luis Lara, encargado de abrir las actividades de la Jornada Europea de la Cultura Judía que hasta el domingo se celebra en Jaén. Lara defendió, ante una sala repleta de público en el centro cultural Casa Almansa, una interesante teoría que explica que el friso gótico de la Catedral, el que recorre el testero de la misma, no es otra cosa que una 'demonización' de los judíos y una alegoría de la Inquisición. Según el historiador, el friso se lee de derecha a izquierda y ofrece imágenes del infierno hasta el cielo. Y cobran especial importancia las figuras de judíos. Lo que se quería trasmitir era un mensaje claro:«Los judíos irán al infierno. Y, por suerte, contamos con la Iglesia y la Inquisición, que vigilan la verdadera fe, esa que lleva al Cielo».
3 comentarios
aurelio martínez navarro -
susana martos -
Ando Guema -
Los símbolos representados en el friso no admiten precisamente singular interpretación. Nada justifica, realmente, esa aventura. Otros hemos intentando, ya durante muchos años, comprender algo de lo que muestra y supongo que también nos ha venido la intención de forzar su interpretación, pero intuyo, que quiere decirnos algo grande, algo más universal, menos localista y menos revanchista como se pretende deducir. No creo que se pusiera tanto empeño, trabajo y arte para una denuncia transitoria. La piedra ha sido siempre morada de la trascendencia no vehículo publicitario del momento, y más aun cuando se entiende que su realización tuvo que prolongarse mucho en el tiempo.
Sí existen motivos en el mismo friso para deducir, fugazmente, que su lectura se realiza de derecha a izquierda, pero usted no lo justifica. ¿Qué le dice que así es?
¿Acaso ese friso está con sus dimensiones originales o fue o iba a ser más grande?
Popularmente la mona se ha identificado siempre con un moro. ¿Cómo llegó a la conclusión de que representa un judío? ¿O es algo más? ¿U otro personaje?
Es indudable que es esta información, la de la mona, lo que ha dado pie a toda su hipótesis sobre el friso, pero también es indudable que existen otros motivos representados que se contraponen a todo el desarrollo de la hipótesis aunque es fácil envolverlos dentro de un todo.
Me hizo sentirme desmerecido, al describir que mostramos, los que sentimos esta ciudad en los espacios más vividos y queridos, momentos controvertidos de la historia que he odiado siempre, por no merecérnosla.
Dejando hipótesis sin probar, vagando por la conciencia de las personas, mal favor hace a la historia de Jaén.
Puede que las personas o los papeles le hayan contado cosas pero la piedra todavía no le ha hablado a usted.