Ruta Judería de Jaén
Introducción
Siguiendo el itinerario descrito en esta ruta, el visitante podrá conocer un poco de la extensa historia del judaismo en la ciudad de Jaén, así como su importante repercusión en los diferentes aconteceres históricos de la villa.
Aconsejamos a todos/as aquellos/as que se animen a conocer esta ciudad desde la óptica de su historia judía, a que también se adentren en el conocimiento de los numerosos edificios históricos que encontrarán en su camino, entre ellos la Catedral de Jaén, sin duda una de las más hermosas de España, o los extraordinarios Baños Arabes, que cumplen este siglo mil años de antigüedad.
Para los que han viajado hasta Jaén en vehículo particular, les recomendamos su estacionamiento en el aparcamiento de la Plaza de la Constitución o el de La Merced, desde donde se podrán desplazar a pié hasta la cercana Plaza de Santa María, punto de inicio de esta Ruta.
A modo de introducción, tenemos que destacar que la presencia judía en Jaén se remonta al año 612 de la Era Común, si bien parece, a pesar de la falta de constancia documental, que fue bastante anterior a esta fecha. Durante muchos siglos los judíos habitaron estas tierras, bajo dominio arriano, católico y musulmán, hasta que tras las graves persecuciones de 1.391, la Judería jiennense sufre un fuerte revés y sus calles se convierten en un barrio de judeo-conversos, que pasó a denominarse Barrio de Santa Cruz.
A pesar de estos lamentables sucesos, continuará existiendo una gran población judeo-conversa que, aparentando ser cristiana, conservará en secreto sus tradiciones ancestrales y la observancia a las Leyes de Moisés. Precisamente esta importante presencia de judaizantes será lo que dará lugar a la creación del Tribunal de la Inquisición de Jaén en el año 1.483, fecha en la que también se ordena la expulsión de los judíos andaluces (a diferencia del resto de la península, que se producirá en 1.492).
Posteriormente y hasta bien entrado el siglo XVIII, encontramos en los procesos inquisitoriales a diversos personajes de la sociedad jiennense, que todavía mantienen en secreto su condición de judíos e, incluso, una importante inmigración de judíos sefarditas procedentes de varias localidades portuguesas, que curiosamente sienten una especial predilección por afincarse en Jaén, quizá por ser descendientes de aquellos judíos que fueron expulsados de la ciudad en siglos anteriores.
12 siglos de presencia hebrea en esta ciudad, cuya historia es fiel reflejo de la España de las Tres Culturas. Precisamente fue en Jaén donde nació Hasday ibn Shaprut, el primer judeo-español que brilló con luz propia en la historia de la península ibérica. Destacado cortesano de dos califas cordobeses, él será punto de arranque para la denominada Edad de Oro de los Judíos Españoles y también uno de los pilares fundamentales para el comienzo de la etapa más esplendorosa de la mítica España de las Tres Culturas.
ITINERARIO
Esta interesante y sugestiva Ruta por la Judería de Jaén, comienza en la popular Plaza de Santa María, antiguo corazón de la ciudad en el que emerge poderosa la Santa Iglesia Catedral de Jaén, edificada según traza de Andrés de Vandelvira y considerada uno de los mayores exponentes del Renacimiento Andaluz. Precisamente, parece que fueron numerosos los judeo-conversos que ostentaron el cargo de Administradores de la Catedral, y fue en este solar donde nació el germen de los tristemente famosos Estatutos de Limpieza de Sangre de la Catedral de Toledo.
Antes de que el Cardenal Siliceo redactara el Estatuto de Limpieza de Sangre en Toledo, el Cabildo Eclesiástico de Jaén, imitando a ciertas cofradías de la ciudad, dictó una ordenanza en la que se vedaba la entrada a todos los que no acreditaran ser cristianos viejos, en los oficios y dignidades de su Iglesia. El cristiano viejo era aquel que no tenía ascendencia judía ni musulmana.
Posteriormente en Toledo, el 23 de Julio de 1.547, en Cabildo de Canónigos de esa Catedral, se copió lo dictado en Jaén y nacieron los lamentablemente famosos Estatutos de Limpieza de Sangre de la Catedral de Toledo. Hubo otros Estatutos de Limpieza de Sangre también anteriores a los de Toledo, sólo que fue el de esa ciudad el que en realidad fijó y marcó unas actuaciones más precisas y tajantes, y éste estuvo inspirado en Jaén.
Merece la pena visitar el interior de este templo que guarda preciados tesoros y la valiosa reliquia del Santo Rostro de Cristo. De hecho todo el edificio fue concebido por el arquitecto como un gran Relicario del Santo Rostro.
Otros edificios destacables en esta plaza de Santa María son el Ayuntamiento de la ciudad y el Palacio Episcopal, donde antaño debió residir Diego de Deza, que ocupó, paralelamente a su condición de Obispo de Jaén, el cargo de Inquisidor General como sucesor del mismísimo Tomás de Torquemada. Igualmente, sabemos por algunas fuentes que a finales de 1.502, el Consejo de la Suprema y General Inquisición, máximo órgano colegiado de la misma, mantenía sus reuniones en la posada del Obispo de Jaén.
Por último debemos destacar que era en esta plaza dónde se desarrollaban los Autos de Fe del Tribunal de la Inquisición de Jaén, que se fundó en 1.483, el tercero de España tras los de Sevilla y Córdoba, sin duda, por el elevado número de judeo-conversos que habitaban en la ciudad.
Continuando por la calle Maestra, a pocos pasos de su inicio y en el margen derecho, encontramos una hermosa Hornacina con un Crucificado conocido popularmente como Cristo del Amparo, el cual, según la tradición, se apareció en dicha pared cuando un grupo de judíos intentó profanar una procesión que marchaba con dirección a la Catedral.
Es precisamente esta calle Maestra, eje principal del comercio desde antaño, una calle donde las leyendas despectivas contra los judeo-conversos tienen especial significación, sin duda en base a la elevada población de este tipo que pobló la zona con sus tiendas y oficinas. Quizá por eso también sea conveniente transitar por alguna de las callejuelas que circundan la calle Maestra, especialmente la evocadora calle Arco del Consuelo, típico adarve musulmán que hoy alberga algunas de las tascas más antiguas y típicas de la ciudad.
Volviendo a la calle Maestra, encontramos frente a la Oficina de Información Turística, un edificio que actualmente alberga el Palacio Municipal de Cultura. En este inmueble encontraremos los restos del que fuera Palacio de D. Miguel Lucas de Iranzo, Barón, Conde y Condestable de Castilla en tiempos de Enrique IV El Impotente.
El Condestable Iranzo fue un destacado defensor de los judeo-conversos y los gitanos, hecho que le llevó a un trágico final cuando, el 21 de Marzo de 1.473, fue asesinado en la Catedral de Jaén por cristianos viejos. Aprovechando el vacío de poder, tras la muerte del Condestable, el pueblo lleno de ira, se dirigió en masa hacia los barrios de los conversos quemando sus casas y asesinando a cuantos encontraban en su camino.
Es de destacar en este Palacio los restos del denominado Salón Mudéjar, que cuenta con un hermoso artesonado de estilo gótico-mudéjar, que le hizo valedor de una declaración como Monumento Histórico-Artístico.
Casi al frente de la fachada de este Palacio del Condestable Miguel Lucas de Iranzo, encontramos la calle Madre de Dios, por la cual ascenderemos en busca del Arco de San Lorenzo.
El Arco de San Lorenzo es lo que resta de la antigua Parroquia de San Lorenzo, de estilo gótico-mudéjar. Este edificio condensa en pocos metros cuadrados una gran cantidad de historia. Atendiendo al tema que nos ocupa en esta Ruta de la Judería, hemos de destacar que fue en esa antigua Parroquia de San Lorenzo donde estuvo expuesto a la devoción popular, en sus primeros tiempos, el lienzo conocido popularmente como Cristo de la Tarima, que también aludía a una curiosa leyenda con la que posiblemente se pretendía el desprestigio de la comunidad judeo-conversa que, como dijimos anteriormente, poblaba la cercana calle maestra y aledañas con sus tiendas y comercios.
El Arco de San Lorenzo es Monumento Nacional y en su interior es de destacar especialmente la capilla de la planta baja, con unos hermosos azulejos moriscos y yeserías. En dicha capilla se encuentran enterrados Juan de Olid, secretario del Condestable Iranzo, y su esposa, Isabel Reléndez. Actualmente es sede de la Asociación Cultural Amigos de San Antón.
Volviendo a la calle Maestra, continuaremos en dirección hacia el antiguo barrio judío siguiendo la calle de Martínez Molina, que se presenta como una continuación de la anterior y es uno de los dos ejes principales del Casco Antiguo de Jaén. Continuaremos nuestro camino hasta que lleguemos a la altura de la calle San Andrés, que encontraremos a la derecha.
Bajando esta calle y a escasos metros, encontraremos la fachada de la Iglesia de San Andrés, que parece fue sinagoga, algo que nos recuerdan en su interior unos hermosos arcos túmidos, muy similares a los de otras sinagogas españolas, así como otra serie de detalles que indican su pasado como templo judío. La propia sobriedad de su fachada a la calle San Andrés, parece evocar las normativas medievales que obligaban a los judíos a que sus sinagogas tuvieran un aspecto más austero que el resto de las iglesias de la localidad. No podemos dejar de destacar del interior de esta Iglesia una extraordinaria Reja, obra del Maestro Bartolomé.
Para poder acceder a este edificio es preciso concertar la visita previamente en el teléfono 953.23.74.22.
Además de una hermosa Iglesia, encontraremos en el interior una serie de dependencias anejas, que forman parte de la Cofradía de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, conocida popularmente como Santa Capilla, de fecha muy posterior a la construcción del templo. Precisamente fue esta Cofradía una de las preferidas a la hora de efectuar donaciones por parte de la comunidad judeo-conversa jiennense.
Para conocer el entramado urbanístico del barrio judío de la capital, basta con acercarse a través del cercano Callejón del Gato a un conjunto de calles que solo cuentan con tres salidas al exterior, coincidiendo plenamente con la descripción que Torres Balbás hace de las juderías españolas en las ciudades hispano-musulmanas, si bien es de destacar que esta zona se encuentra en proceso de recuperación y que actualmente está sumamente degradada, precisamente, como consecuencia de ese urbanismo que la configura como una manzana independiente y apartada del resto del conjunto urbano. Esta configuración urbanística era la utilizada por los judíos españoles como medida de protección ante los posibles ataques de sus enemigos.
Según algunas fuentes, la Judería de Jaén pudo alcanzar en algunos momentos entre las 2.000 y 2.500 personas. A finales del siglo XIII aparece citada en el Padrón de Huete pagando unos tributos no muy distantes de la judería cordobesa. En ese mismo siglo fue cuando el Rey Pedro I El Cruel, durante las significadas luchas fraticidas con Enrique de Trastamara, permitió, a cambio de apoyo para su causa, el cautiverio de los judíos jiennenses por parte del reino musulmán de Granada. Se sabe que la ciudad contaba por aquel entonces con unas 300 familias, aproximadamente unos 1.500 judíos. No se sabe si todos fueron vendidos, pero si que fue una durísima prueba para la Judería de Jaén.
Tras las graves persecuciones de 1.391 y al igual que ocurrió en otras muchas juderías españolas, esta zona se convirtió en un barrio de judeo-conversos. Una de sus sinagogas se convirtió en la que se llamó Parroquia de Santa Cruz. El escaso interés mostrado por los sacerdotes hacia ese barrio queda patente en el hecho de que esa parroquia sólo tenía culto cada tres meses.
Volviendo nuestros pasos hasta la calle Martínez Molina, continuaremos nuestro camino hasta la Plaza Santa Luisa de Marillac, conocida popularmente como Pila del Pato, en alusión a la hermosa fuente que encontramos en la misma. En esta plaza se yergue flamante el antiguo Palacio de los Condes de Villardompardo, de estilo Renacentista y edificado sobre unos antiguos Baños Arabes del siglo XI.
Es aconsejable la visita al interior, que alberga un interesante Museo de Artes y Costumbres Populares, un Museo Internacional de Arte Naif y muy especialmente, los antiguos Baños Arabes que se encuentran bajo el Palacio y cuya rehabilitación les hizo merecedores del premio Europa Nostra en 1.984.
El Baño Arabe o Hammam musulmán, de carácter público, contaba con una serie de turnos para hombres y mujeres, pero también para los distintos credos religiosos que habitaban en las ciudades hispano-musulmanas. Concretamente la población judía los utilizaba los viernes, día de precepto en el Islam y previo al Shabat hebreo.
Existe constancia de que en Jaén existió otro Baño Arabe, de la misma época que el de Villardompardo, cuyo propietario era un judío. Esto se sabe en base al nombre del mismo, el Hammam ibn Ishaq, o lo que es lo mismo, Baño del Hijo de Isaac. Este Baño no ha sido identificado, si bien es posible que sea el conocido como Baño del Naranjo, ubicado en la cercana Plaza de los Caños pero lamentablemente cerrado al público en la actualidad.
Continuando por la calle Santo Domingo, encontramos en su margen derecho el Antiguo Convento de Santo Domingo, en cuyo solar se ubicó la sede del Tribunal de la Inquisición de Jaén. Actualmente solo es visitable durante los días laborables y en horario de mañana, pero merece la pena acceder a su interior para conocer el extraordinario Claustro. Actualmente este edificio alberga el Archivo Histórico Provincial, donde precisamente los que deseen profundizar en el estudio de la judería jiennense, podrán encontrar numerosos documentos relacionados con la misma.
Continuando por la misma calle de Santo Domingo, a unos ciento cincuenta metros, encontramos una Plaza conocida como de la Magdalena, pues en ella se encuentra la Parroquia del mismo nombre. Dicha Parroquia de la Magdalena conserva los restos de un antiguo patio de abluciones, pues fue antes que Parroquia Cristiana, Mezquita Aljama de la antigua ciudad musulmana, villa que fue conocida como Madinat Yayyan.
También en esta misma plaza encontramos un edificio con soportales, en el que todavía se aprecian los restos de la antigua Casa del Cadí musulmán, y frente a este, según una tradición popular, habitaba una de las familias judías más importantes de España, los Ibn-Shaprut.
Del seno de esta familia judía jiennese nacería en el siglo X, Hasday ibn Shaprut, brazo derecho de los califas Abderramán III y Al-hakam II, uno de los precursores de la época más esplendorosa de la España de las Tres Culturas y parte fundamental e inicio de la Edad de Oro del Judaismo Español. No en vano fue nombrado nasi o jefe de las comunidades judías de Al-Andalus.
La casa actual cuenta en su fachada con una Maguen David, de antigüedad desconocida. Según la tradición, en este solar estuvo la residencia de Hasday ibn Shaprut durante sus primeros años de vida. El padre de Hasday, que se llamaba Isaac ibn Shaprut, como hemos dicho anteriormente, también era jiennense e incluso costeó una sinagoga en su ciudad natal.
A la izquierda de esta casa, frente a la fachada de la Iglesia, se encuentra el Raudal de la Magdalena, nacimiento de aguas antiquísimo donde según la tradición habitó el legendario Lagarto de la Magdalena. Según una popular leyenda, esta enorme Sierpe o Dragón, tuvo asustada a la población durante mucho tiempo, hasta que un valiente pastor, con una planificada artimaña, consiguió matarlo haciéndole ingerir una sustancia explosiva que provocó un reventón tan grande que aun permanece en la memoria colectiva de los jiennenses. De ahí proviene, cuando no se quiere bien a alguien, la expresión jiennense: así revientes como el Lagarto de la Magdalena.
Desde esta plaza, vivo ejemplo de la España de las Tres Culturas, invitamos al visitante a seguir conociendo esta ciudad desplazándose hasta el Castillo de Santa Catalina, situado en la cima del monte del mismo nombre y que alberga en su interior un divertido e ilustrativo Centro de Interpretación Turística, un hermoso Parador Nacional y unas extraordinarias vistas desde el Mirador de la Cruz.
Si disponen de tiempo suficiente, no duden en visitar otros monumentos y rincones de la ciudad, especialmente el Museo Provincial, que alberga algunas de las mejores colecciones de escultura de la España Ibera, sin olvidar los hermosos parajes naturales que circundan la villa o el muy cercano Parque Natural de Sierra Mágina, a media hora escasa de Jaén.
Sea cual fuere la decisión adoptada, recuerden siempre durante su visita a la ciudad, que los judíos jiennenses estuvieron aquí, pisando estas calles, labrando estos olivares y observando siempre, en lo alto, la majestuosa silueta del Castillo de Jaén.
Visita diseñada por:
Asociación Socio-Cultural de Voluntariado IUVENTA.
Proyecto Jaén, camino de Sefarad
5 de Julio de 2.002
25 de Tamuz de 5.762
Siguiendo el itinerario descrito en esta ruta, el visitante podrá conocer un poco de la extensa historia del judaismo en la ciudad de Jaén, así como su importante repercusión en los diferentes aconteceres históricos de la villa.
Aconsejamos a todos/as aquellos/as que se animen a conocer esta ciudad desde la óptica de su historia judía, a que también se adentren en el conocimiento de los numerosos edificios históricos que encontrarán en su camino, entre ellos la Catedral de Jaén, sin duda una de las más hermosas de España, o los extraordinarios Baños Arabes, que cumplen este siglo mil años de antigüedad.
Para los que han viajado hasta Jaén en vehículo particular, les recomendamos su estacionamiento en el aparcamiento de la Plaza de la Constitución o el de La Merced, desde donde se podrán desplazar a pié hasta la cercana Plaza de Santa María, punto de inicio de esta Ruta.
A modo de introducción, tenemos que destacar que la presencia judía en Jaén se remonta al año 612 de la Era Común, si bien parece, a pesar de la falta de constancia documental, que fue bastante anterior a esta fecha. Durante muchos siglos los judíos habitaron estas tierras, bajo dominio arriano, católico y musulmán, hasta que tras las graves persecuciones de 1.391, la Judería jiennense sufre un fuerte revés y sus calles se convierten en un barrio de judeo-conversos, que pasó a denominarse Barrio de Santa Cruz.
A pesar de estos lamentables sucesos, continuará existiendo una gran población judeo-conversa que, aparentando ser cristiana, conservará en secreto sus tradiciones ancestrales y la observancia a las Leyes de Moisés. Precisamente esta importante presencia de judaizantes será lo que dará lugar a la creación del Tribunal de la Inquisición de Jaén en el año 1.483, fecha en la que también se ordena la expulsión de los judíos andaluces (a diferencia del resto de la península, que se producirá en 1.492).
Posteriormente y hasta bien entrado el siglo XVIII, encontramos en los procesos inquisitoriales a diversos personajes de la sociedad jiennense, que todavía mantienen en secreto su condición de judíos e, incluso, una importante inmigración de judíos sefarditas procedentes de varias localidades portuguesas, que curiosamente sienten una especial predilección por afincarse en Jaén, quizá por ser descendientes de aquellos judíos que fueron expulsados de la ciudad en siglos anteriores.
12 siglos de presencia hebrea en esta ciudad, cuya historia es fiel reflejo de la España de las Tres Culturas. Precisamente fue en Jaén donde nació Hasday ibn Shaprut, el primer judeo-español que brilló con luz propia en la historia de la península ibérica. Destacado cortesano de dos califas cordobeses, él será punto de arranque para la denominada Edad de Oro de los Judíos Españoles y también uno de los pilares fundamentales para el comienzo de la etapa más esplendorosa de la mítica España de las Tres Culturas.
ITINERARIO
Esta interesante y sugestiva Ruta por la Judería de Jaén, comienza en la popular Plaza de Santa María, antiguo corazón de la ciudad en el que emerge poderosa la Santa Iglesia Catedral de Jaén, edificada según traza de Andrés de Vandelvira y considerada uno de los mayores exponentes del Renacimiento Andaluz. Precisamente, parece que fueron numerosos los judeo-conversos que ostentaron el cargo de Administradores de la Catedral, y fue en este solar donde nació el germen de los tristemente famosos Estatutos de Limpieza de Sangre de la Catedral de Toledo.
Antes de que el Cardenal Siliceo redactara el Estatuto de Limpieza de Sangre en Toledo, el Cabildo Eclesiástico de Jaén, imitando a ciertas cofradías de la ciudad, dictó una ordenanza en la que se vedaba la entrada a todos los que no acreditaran ser cristianos viejos, en los oficios y dignidades de su Iglesia. El cristiano viejo era aquel que no tenía ascendencia judía ni musulmana.
Posteriormente en Toledo, el 23 de Julio de 1.547, en Cabildo de Canónigos de esa Catedral, se copió lo dictado en Jaén y nacieron los lamentablemente famosos Estatutos de Limpieza de Sangre de la Catedral de Toledo. Hubo otros Estatutos de Limpieza de Sangre también anteriores a los de Toledo, sólo que fue el de esa ciudad el que en realidad fijó y marcó unas actuaciones más precisas y tajantes, y éste estuvo inspirado en Jaén.
Merece la pena visitar el interior de este templo que guarda preciados tesoros y la valiosa reliquia del Santo Rostro de Cristo. De hecho todo el edificio fue concebido por el arquitecto como un gran Relicario del Santo Rostro.
Otros edificios destacables en esta plaza de Santa María son el Ayuntamiento de la ciudad y el Palacio Episcopal, donde antaño debió residir Diego de Deza, que ocupó, paralelamente a su condición de Obispo de Jaén, el cargo de Inquisidor General como sucesor del mismísimo Tomás de Torquemada. Igualmente, sabemos por algunas fuentes que a finales de 1.502, el Consejo de la Suprema y General Inquisición, máximo órgano colegiado de la misma, mantenía sus reuniones en la posada del Obispo de Jaén.
Por último debemos destacar que era en esta plaza dónde se desarrollaban los Autos de Fe del Tribunal de la Inquisición de Jaén, que se fundó en 1.483, el tercero de España tras los de Sevilla y Córdoba, sin duda, por el elevado número de judeo-conversos que habitaban en la ciudad.
Continuando por la calle Maestra, a pocos pasos de su inicio y en el margen derecho, encontramos una hermosa Hornacina con un Crucificado conocido popularmente como Cristo del Amparo, el cual, según la tradición, se apareció en dicha pared cuando un grupo de judíos intentó profanar una procesión que marchaba con dirección a la Catedral.
Es precisamente esta calle Maestra, eje principal del comercio desde antaño, una calle donde las leyendas despectivas contra los judeo-conversos tienen especial significación, sin duda en base a la elevada población de este tipo que pobló la zona con sus tiendas y oficinas. Quizá por eso también sea conveniente transitar por alguna de las callejuelas que circundan la calle Maestra, especialmente la evocadora calle Arco del Consuelo, típico adarve musulmán que hoy alberga algunas de las tascas más antiguas y típicas de la ciudad.
Volviendo a la calle Maestra, encontramos frente a la Oficina de Información Turística, un edificio que actualmente alberga el Palacio Municipal de Cultura. En este inmueble encontraremos los restos del que fuera Palacio de D. Miguel Lucas de Iranzo, Barón, Conde y Condestable de Castilla en tiempos de Enrique IV El Impotente.
El Condestable Iranzo fue un destacado defensor de los judeo-conversos y los gitanos, hecho que le llevó a un trágico final cuando, el 21 de Marzo de 1.473, fue asesinado en la Catedral de Jaén por cristianos viejos. Aprovechando el vacío de poder, tras la muerte del Condestable, el pueblo lleno de ira, se dirigió en masa hacia los barrios de los conversos quemando sus casas y asesinando a cuantos encontraban en su camino.
Es de destacar en este Palacio los restos del denominado Salón Mudéjar, que cuenta con un hermoso artesonado de estilo gótico-mudéjar, que le hizo valedor de una declaración como Monumento Histórico-Artístico.
Casi al frente de la fachada de este Palacio del Condestable Miguel Lucas de Iranzo, encontramos la calle Madre de Dios, por la cual ascenderemos en busca del Arco de San Lorenzo.
El Arco de San Lorenzo es lo que resta de la antigua Parroquia de San Lorenzo, de estilo gótico-mudéjar. Este edificio condensa en pocos metros cuadrados una gran cantidad de historia. Atendiendo al tema que nos ocupa en esta Ruta de la Judería, hemos de destacar que fue en esa antigua Parroquia de San Lorenzo donde estuvo expuesto a la devoción popular, en sus primeros tiempos, el lienzo conocido popularmente como Cristo de la Tarima, que también aludía a una curiosa leyenda con la que posiblemente se pretendía el desprestigio de la comunidad judeo-conversa que, como dijimos anteriormente, poblaba la cercana calle maestra y aledañas con sus tiendas y comercios.
El Arco de San Lorenzo es Monumento Nacional y en su interior es de destacar especialmente la capilla de la planta baja, con unos hermosos azulejos moriscos y yeserías. En dicha capilla se encuentran enterrados Juan de Olid, secretario del Condestable Iranzo, y su esposa, Isabel Reléndez. Actualmente es sede de la Asociación Cultural Amigos de San Antón.
Volviendo a la calle Maestra, continuaremos en dirección hacia el antiguo barrio judío siguiendo la calle de Martínez Molina, que se presenta como una continuación de la anterior y es uno de los dos ejes principales del Casco Antiguo de Jaén. Continuaremos nuestro camino hasta que lleguemos a la altura de la calle San Andrés, que encontraremos a la derecha.
Bajando esta calle y a escasos metros, encontraremos la fachada de la Iglesia de San Andrés, que parece fue sinagoga, algo que nos recuerdan en su interior unos hermosos arcos túmidos, muy similares a los de otras sinagogas españolas, así como otra serie de detalles que indican su pasado como templo judío. La propia sobriedad de su fachada a la calle San Andrés, parece evocar las normativas medievales que obligaban a los judíos a que sus sinagogas tuvieran un aspecto más austero que el resto de las iglesias de la localidad. No podemos dejar de destacar del interior de esta Iglesia una extraordinaria Reja, obra del Maestro Bartolomé.
Para poder acceder a este edificio es preciso concertar la visita previamente en el teléfono 953.23.74.22.
Además de una hermosa Iglesia, encontraremos en el interior una serie de dependencias anejas, que forman parte de la Cofradía de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, conocida popularmente como Santa Capilla, de fecha muy posterior a la construcción del templo. Precisamente fue esta Cofradía una de las preferidas a la hora de efectuar donaciones por parte de la comunidad judeo-conversa jiennense.
Para conocer el entramado urbanístico del barrio judío de la capital, basta con acercarse a través del cercano Callejón del Gato a un conjunto de calles que solo cuentan con tres salidas al exterior, coincidiendo plenamente con la descripción que Torres Balbás hace de las juderías españolas en las ciudades hispano-musulmanas, si bien es de destacar que esta zona se encuentra en proceso de recuperación y que actualmente está sumamente degradada, precisamente, como consecuencia de ese urbanismo que la configura como una manzana independiente y apartada del resto del conjunto urbano. Esta configuración urbanística era la utilizada por los judíos españoles como medida de protección ante los posibles ataques de sus enemigos.
Según algunas fuentes, la Judería de Jaén pudo alcanzar en algunos momentos entre las 2.000 y 2.500 personas. A finales del siglo XIII aparece citada en el Padrón de Huete pagando unos tributos no muy distantes de la judería cordobesa. En ese mismo siglo fue cuando el Rey Pedro I El Cruel, durante las significadas luchas fraticidas con Enrique de Trastamara, permitió, a cambio de apoyo para su causa, el cautiverio de los judíos jiennenses por parte del reino musulmán de Granada. Se sabe que la ciudad contaba por aquel entonces con unas 300 familias, aproximadamente unos 1.500 judíos. No se sabe si todos fueron vendidos, pero si que fue una durísima prueba para la Judería de Jaén.
Tras las graves persecuciones de 1.391 y al igual que ocurrió en otras muchas juderías españolas, esta zona se convirtió en un barrio de judeo-conversos. Una de sus sinagogas se convirtió en la que se llamó Parroquia de Santa Cruz. El escaso interés mostrado por los sacerdotes hacia ese barrio queda patente en el hecho de que esa parroquia sólo tenía culto cada tres meses.
Volviendo nuestros pasos hasta la calle Martínez Molina, continuaremos nuestro camino hasta la Plaza Santa Luisa de Marillac, conocida popularmente como Pila del Pato, en alusión a la hermosa fuente que encontramos en la misma. En esta plaza se yergue flamante el antiguo Palacio de los Condes de Villardompardo, de estilo Renacentista y edificado sobre unos antiguos Baños Arabes del siglo XI.
Es aconsejable la visita al interior, que alberga un interesante Museo de Artes y Costumbres Populares, un Museo Internacional de Arte Naif y muy especialmente, los antiguos Baños Arabes que se encuentran bajo el Palacio y cuya rehabilitación les hizo merecedores del premio Europa Nostra en 1.984.
El Baño Arabe o Hammam musulmán, de carácter público, contaba con una serie de turnos para hombres y mujeres, pero también para los distintos credos religiosos que habitaban en las ciudades hispano-musulmanas. Concretamente la población judía los utilizaba los viernes, día de precepto en el Islam y previo al Shabat hebreo.
Existe constancia de que en Jaén existió otro Baño Arabe, de la misma época que el de Villardompardo, cuyo propietario era un judío. Esto se sabe en base al nombre del mismo, el Hammam ibn Ishaq, o lo que es lo mismo, Baño del Hijo de Isaac. Este Baño no ha sido identificado, si bien es posible que sea el conocido como Baño del Naranjo, ubicado en la cercana Plaza de los Caños pero lamentablemente cerrado al público en la actualidad.
Continuando por la calle Santo Domingo, encontramos en su margen derecho el Antiguo Convento de Santo Domingo, en cuyo solar se ubicó la sede del Tribunal de la Inquisición de Jaén. Actualmente solo es visitable durante los días laborables y en horario de mañana, pero merece la pena acceder a su interior para conocer el extraordinario Claustro. Actualmente este edificio alberga el Archivo Histórico Provincial, donde precisamente los que deseen profundizar en el estudio de la judería jiennense, podrán encontrar numerosos documentos relacionados con la misma.
Continuando por la misma calle de Santo Domingo, a unos ciento cincuenta metros, encontramos una Plaza conocida como de la Magdalena, pues en ella se encuentra la Parroquia del mismo nombre. Dicha Parroquia de la Magdalena conserva los restos de un antiguo patio de abluciones, pues fue antes que Parroquia Cristiana, Mezquita Aljama de la antigua ciudad musulmana, villa que fue conocida como Madinat Yayyan.
También en esta misma plaza encontramos un edificio con soportales, en el que todavía se aprecian los restos de la antigua Casa del Cadí musulmán, y frente a este, según una tradición popular, habitaba una de las familias judías más importantes de España, los Ibn-Shaprut.
Del seno de esta familia judía jiennese nacería en el siglo X, Hasday ibn Shaprut, brazo derecho de los califas Abderramán III y Al-hakam II, uno de los precursores de la época más esplendorosa de la España de las Tres Culturas y parte fundamental e inicio de la Edad de Oro del Judaismo Español. No en vano fue nombrado nasi o jefe de las comunidades judías de Al-Andalus.
La casa actual cuenta en su fachada con una Maguen David, de antigüedad desconocida. Según la tradición, en este solar estuvo la residencia de Hasday ibn Shaprut durante sus primeros años de vida. El padre de Hasday, que se llamaba Isaac ibn Shaprut, como hemos dicho anteriormente, también era jiennense e incluso costeó una sinagoga en su ciudad natal.
A la izquierda de esta casa, frente a la fachada de la Iglesia, se encuentra el Raudal de la Magdalena, nacimiento de aguas antiquísimo donde según la tradición habitó el legendario Lagarto de la Magdalena. Según una popular leyenda, esta enorme Sierpe o Dragón, tuvo asustada a la población durante mucho tiempo, hasta que un valiente pastor, con una planificada artimaña, consiguió matarlo haciéndole ingerir una sustancia explosiva que provocó un reventón tan grande que aun permanece en la memoria colectiva de los jiennenses. De ahí proviene, cuando no se quiere bien a alguien, la expresión jiennense: así revientes como el Lagarto de la Magdalena.
Desde esta plaza, vivo ejemplo de la España de las Tres Culturas, invitamos al visitante a seguir conociendo esta ciudad desplazándose hasta el Castillo de Santa Catalina, situado en la cima del monte del mismo nombre y que alberga en su interior un divertido e ilustrativo Centro de Interpretación Turística, un hermoso Parador Nacional y unas extraordinarias vistas desde el Mirador de la Cruz.
Si disponen de tiempo suficiente, no duden en visitar otros monumentos y rincones de la ciudad, especialmente el Museo Provincial, que alberga algunas de las mejores colecciones de escultura de la España Ibera, sin olvidar los hermosos parajes naturales que circundan la villa o el muy cercano Parque Natural de Sierra Mágina, a media hora escasa de Jaén.
Sea cual fuere la decisión adoptada, recuerden siempre durante su visita a la ciudad, que los judíos jiennenses estuvieron aquí, pisando estas calles, labrando estos olivares y observando siempre, en lo alto, la majestuosa silueta del Castillo de Jaén.
Visita diseñada por:
Asociación Socio-Cultural de Voluntariado IUVENTA.
Proyecto Jaén, camino de Sefarad
5 de Julio de 2.002
25 de Tamuz de 5.762
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